para que escriban en él las personas que aprecian el valor de las palabras y disfrutan leyendo historias, que es una forma de escuchar con el pensamiento. Para los amantes de los libros, en especial de las novelas.
Estoy leyendo "El hombre lento" de J. M. Coetzee. Es un autor que posee un estilo personal. Me ha atrapado enseguida porque la situación de arranque, el accidente en bicicleta que deja al protagonista mutilado, lo sientes próximo y posible. Te obliga a meterte en su pellejo y te estremece. Pero ahora, a mitad novela, aparece de nuevo esa señora antipática de Elizabeth Costello (¿su propia conciencia?), y no sé a dóne irá a parar.
Acabo de terminar la lectura de "Suite francesa", de Irène Némirovsky (Editorial Salamandra)y me siento estremecida por esa recopilación final adjunta de correspondencia entre 1936 y 1945 que muestran la desesperación de una familia ante el horror y la injusticia.La novela aporta un punto de vista nuevo a la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Es como un gran fresco que descubre comportamientos individuales ante una situación de humillación y miedo compartido. Es obvio que la autora, con gran capacidad de observación y mucho talento literario, fue capaz de distanciarse de su propia angustia (justificada por los acontecimientos) para analizar las conductas desmitificadoras de los franceses. Muy interesante. Me gustaría que algún otro lector me hiciera llegar sus impresiones.
Para los amantes de la buena novela policiaca recomiendo "El faro", de P.H.James (Círculo de Lectores y Ediciones B). Me pasa con esta autora como con las novelas de Le Carré que, una al año sabe a gloria. Sigue una estructura ortodoxa: un misterio sin descubrir convoca al equipo de detectives, seres humanos vulnerables a los que describe en su mundo habitual; presentación del resto de personajes de forma breve pero con hondura psicológica; un asesinato en un entorno singular (en este caso, una isla pequeña dedicada al descanso de invitados de élite); en fin, el desenlace en un ambiente opresivo. No alcanza el virtuosismo de "Sabor a muerte", la primera novela publicada en español en 1986, un descubrimiento, pero no defrauda. P. H. James nunca lo hace, es rigurosa, sabe de lo que habla y tiene su propia filosofía.
La última novela de Rosa Montero, "Historia del rey Transparente" (Círculo de Lectores, 2005)navega entre la histórica y la de aventuras. Es una gran ficción, ubicada en en siglo XII, que utiliza datos, personajes y hechos ciertos. Me ha interesado, especialmente, cómo nos cuenta el nacimiento de la Inquisición, la intransigencia de la Iglesia católica (una constante incluso hoy en día), el estoicismo de los cátaros empeñados en una interpretación cristiana de los evangelios,la dureza de las condiciones de la existencia donde la vida, sobre todo del campesino y el vasallo, vale poco. Se lee muy bien y Rosa Montero, de la que últimamente me he aparatdo mucho de su trabajo periodístico, vuelve a demostrar que es una estupenda contadora de historias. El relato te lo hace envolvente, lleno de sutilezas, siempre al lado de los oprimidos y enalteciendo los auténticos valores que surgen de la dignidad humana. Me ha gustado esta novela.
Leer a Jane Austen siempre produce emociones profundas. "Emma" (Mondadori, 2006)es un buen ejemplo de ello. Su temática gira en torno a la vida cotidiana de un grupo de personas residentes en la campiña inglesa durante el siglo XIX. Son acomodadas, aunque las diferemcias entre ellos están nitídamente señaladas, y asumidas, por el conocimiento exacto de sus respectivas rentas.La importancia de las convenciones sociales y el respeto a las formas llega al paroxismo. Austen teje sus argumentos con las emociones de sus protagonistas, las expectativas respecto a su futuro, ligadas a convenientes enlaces matrimoniales, malosentendidos derivados de conductas sociales equívocas, en definitiva, retrata con enorme precisión la calidad de vida en un entorno provinciano. Pero va más allá, porque se introduce en el alma de cada uno de ellos, desmenuza su pensamiento y sus sentimientos con una agudeza psicológica que la convierten en auténtica maestra. Por eso sus obras, que podrían tildarse hoy de culebrones, mantienen su valor a pesar del paso del tiempo, porque nunca cae en la vulgaridad y permite al lector reconocerse en ese espejo de comportamientos de la conducta humana. "Emma" es una buena representación de la literatura de Jane Austen y no defraudará a aquellos que gustan de los personajes complejos.
"El viento de la luna" (Seix Barral), de Antonio Muñoz Molina, es una novela de recuerdos autobiográficos. Nos habla el autor de su adolescencia en Mágina (Úbeda), en el seno de una familia rural anclada en hábitos que se suceden imperturbables como las estaciones. Viviendo en una casa sin agua corriente en la época en que el hombre llegaba a la luna. La instalación de los primeros televisores y la permanencia de heridas vecinales, en una comunidad pequeña, abiertas durante la guerra civil y consolidadas durante el franquismo. La novela tiene un tonillo que la asemeja a la serie "Cuéntame" y esto es lo que menos me ha gustado. Las secuencias del colegio, los curas, el Padre Director, resultan un poco manidas. Gana altura y calidad literaria con las páginas más filosóficas, cuando el adolescente, en su imaginación se convierte en uno de los astronautas y contempla el mundo, y conoce el miedo a la soledad, a la muerte, a sentirse perdido en la inmensidad del firmamento. El homenaje a la figura del padre y la firme voluntad de no seguir sus pasos tiene hondura de sentimientos. La novela se lee bien, interesa, pero al autor de "Un invierno en Lisboa" se le exige más.
María García-Lliberós nos traslada en Babas de caracol a una época donde cada uno de los personajes mueve sus cartas motivado por intereses y apariencias sociales. Sólo Berta parece elegir el verdadero amor haciendo frente a todos los consejos familiares. Sin embargo, pagará cara su decisión puesto que, en este caso, se confirman las sospechas con respecto al que eligió por marido. A partir de entonces, presa de infidelidades, mentiras y de una enfermedad trasmitida por su esposo, el carácter de Berta cambia para volverse arisca y engendrar un rencor que se llevará a la tumba, no sin antes haber urdido todo un plan para que el escritor Pedro Ribera escriba una novela inspirada en su propia biografía, a cambio de una herencia considerable, situación que provocará reacciones de lo más variopintas entre el resto de los beneficiarios.
A partir de entonces, se mezclan las dos épocas, la de Berta y la de Pedro, los documentos (muy verosímil todo lo referente a los asuntos legales), las sorpresas tras cada nueva investigación; aparecen obsesiones escondidas tras una máscara de contención provocada por heridas muy antiguas que todavía no han cicatrizado. Incluso el escritor se preocupará en conocer la perspectiva del único hijo de Berta, con quien hace años que no se hablaba.
Porque hay familias así, que no se hablan por el orgullo de unos y otros, y pasan la vida pensando en qué se habrían dicho de haberse atrevido. Una pena... Aunque también una suerte si esas situaciones dan lugar a novelas tan interesantes como ésta.
"Travesuras de la niña mala", de Mario Vargas Llosa (Ed. Alfaguara, 2006),comienza en Lima, en el elegante barrio de Miraflores, durante el verano de 1950. Ricardo Somocurcio, el narrador en primera persona, lo recuerda como un verano de “recomposición sentimental en el barrio”, del triunfo del mambo en las fiestas y de la irrupción de la chilenita Lily de la que se enamora “como un becerro”. La novela trata de los encuentros y desencuentros entre ellos a lo largo de sus vidas. Ricardo tenía 15 años. Una novela que se aparta de las anteriores del autor por su linealidad. Un relato cronológico y simple que no se entorpece con ninguna otra línea argumental, lejos de la complejidad de “La tía Julia y el escribidor”, por ejemplo o, incluso, “Pantaleón y las visitadoras”, en las que el sentido del humor jugaba un papel redentor del lector. En esta novela no hay humor, es triste. Ricardito parece un alma en pena transitando por el mundo. Resulta penoso que Vargas Llosa haya decidido contarnos una historia tan tonta y poco verosímil. El armazón: un poquito de historia. El relato repasa la Lima burguesa de los 50, el París revolucionario de los 60, el Londres hippy de los 70, el Madrid de la movida de los 80, el Japón moderno, la estabilidad francesa. Permite salpicar el texto de bastantes lugares comunes. La prosa es correcta, utiliza el español limeño, muy cursi, con excesos de diminutivos. Los diálogos entre ellos son repetitivos y melífluos. Algunos críticos, conociendo la admiración de Vargas Llosa por Flaubert, han querido ver en esta novela (con muy buena voluntad) el reflejo moderno de la pasión afectiva de Madame Bovary. Pero Madame Bovary anhelaba ser amada y tener aventuras, quería escapar de la monotonía conyugal. Otilia, la falsa chilenita, es una mujer que utiliza el sexo para prosperar. No hay ninguna exaltación por la pasión, ni profundiza en el amor, ni le importa. Su mayor dependencia afectiva, con el jefe japonés, es una esclavitud enfermiza y viciosa. La historia dura 40 años de la vida de Ricardo, obsesionado por la niña mala y vivir en París, pero en ningún momento el lector llega a comprender a Ricardo porque no penetra en su alma, a pesar de ser un relato en primera persona. Al personaje le falta fuerza (a ello contribuye las huachaferías ridículas). La tensión entre su amor-pasión y los encuentros con ella, siempre unida a otro hombre y cada vez uno distinto, no le generan celos, por ejemplo, ni desesperación, su reacción resulta demasiado complaciente como si estuviera cautivo de una pasión-obsesión desapasionada. El lector se queda distante, no siente la obsesión de Ricardo ni puede compartirla, porque Vargas Llosa no consigue transmitírnosla. La última parte, la destrucción y muerte de Otilia, es previsible. La novela se lee con facilidad. Vargas Llosa tiene oficio y eso es obvio a pesar de que le sobran páginas. Me ha fastidiado leer esta novela porque no está a la altura del gran escritor -autor de “Conversaciones en la catedral”, “La casa verde”, “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del Chivo”, etc.- que ha demostrado que es.
"Juego de niños", de Carmen Posadas (Ed. Círculo de Lectores 2006 y Ed. Planeta 2005), me ha gustado. Me ha sorprendido la solidez de la trama, el estilo -tomando interesantes apuntes del género negro-, y el poso de sabiduría literaria (entre sus páginas se encuentra un auténtico manual sobre los ingredientes de una buena novela, útil para los aficionados a los talleres de escritura). El tema de la maldad infantil ya ha sido tratado anteriormente (¿y que tema no?), pero lo aborda Carmen Posadas desde una perspectiva personal, a través de un crimen cometido hace tiempo, y que pasó por un trite accidente, imitado, cuarenta años después, por los descendientes directos de aquellos protagonistas. Luisa Dávila,un alter ego, creo, de la propia Carmen Posadas, nos narra esta historia que alcanza, en algunas páginas, un alto grado de tensión, en las que no falta ironía, autocrítica y una visión lúcida de la sociedad actual. Una novela que te mantiene atrapada desde la primera página has ta la última, interesa y abunda en reflexiones pertinentes sobre el género humano. Muy recomendable.
LA VOZ DORMIDA – Dulce Chacón, O al revés :DULCE CHACÓN – La voz dormida.
..y era miércoles…-dices al terminar el libro- . ..y era domingo, cuando yo, maría josé , acabé de leer tu libro DULCE.
Estoy impresionada, yo siempre había oído hablar de la guerra civil desde el bando contrario al que tú describes, y recuerdo lo que decía mi madre : “una guerra civil es la peor de las guerras, había madres que tenían un hijo en cada bando…. Sin contar las rencillas personales, las envidias, el deseo de adular al vencedor… que afloraron en chivatazos, en gestos de prepotencia…, ¡cuánto sufrimiento!”. Mi madre era sabia.
Me cuentas la historia, Dulce, en dos ambientes principales: -dentro de la cárcel. -fuera de la cárcel. Y en otros ambientes secundarios: -las montañas donde trabaja la guerrilla. -Praga. -Córdoba. -el mar y todos los lugares añorados por alguno de los personajes. Pero la riqueza de los ambientes, cualquiera de ellos, la tienen gracias a la fuerza de los personajes, como debe ser: son más importantes las personas que las cosas, es más importante ser que tener,
Y esas personas, Dulce, me han cautivado, Cuando he terminado de leer tu libro he notado un poso de tristeza, como si hubiera dicho adiós a un puñado de amigos muy queridos. He dicho adiós a Hortensia, la mujer que iba a morir, como tú me lo habías dicho ya en la primera página, a su hija Tensi que no quería nacer para que su madre viviera unos días más y a Pepita con sus ojos de un color azul imposible – como mi nieta-. También a doña Celia, la Verónica de los ajusticiados. Y Reme y Tomasa y Elvira y don Javier y las funcionarias de la prisión y todos.
Sobre todo, Dulce, es que a través de ellos nos has dibujado magistralmente los otros personajes, los más importante porque son los que mueven los hilos de las personas, que son: el miedo, la generosidad, la compasión, la tristeza, el poder, la bondad, la ambición, el amor…
A mi tu estilo, me ha gustado. Escribes con frases cortas y cada una de ellas tiene un significado completo, me ha recordado el estilo literario de AZORÏN, los diálogos son ágiles y adecuados a cada circunstancia. Me pareció que decaía el ritmo de la novela, cuando narras, inesperadamente, la fuga de la cárcel de Elvira y Sole pero pronto recuperas el ritmo original.
Me impactaron estas frases, por la poesía que encierran las dos primeras y el sentido común que tiene la tercera: “…quizá el tiempo se mida en palabras. En las palabras que se dicen y en las que no se dicen…” “…sentir que le sobra la vida y le faltan los brazos…”. “…a Pepita no le gustan las cosas que no entiende…”
Y me gustaría destacar el paralelismo que empleas con una partida de ajedrez, al narrar la detención de Paulino-Jaime.
Hasta siempre Dulce, allá donde estés sigue escribiendo.
Acabo de leer: "Diario de una buena vecina" de Doris Lessing, me ha gustado. Lo he dejado a un amigo. Cuando me lo devuelva me gustaría hacer un comentario serio, ahora sin tener el libro delante, no me atrevo. ¿Donde te lo mando?. ¿Aquí?. Soy la autora del comentario del libro de Dulce Chacón. Un abrazo. Mª José.
11 comentarios:
Estoy leyendo "El hombre lento" de J. M. Coetzee. Es un autor que posee un estilo personal. Me ha atrapado enseguida porque la situación de arranque, el accidente en bicicleta que deja al protagonista mutilado, lo sientes próximo y posible. Te obliga a meterte en su pellejo y te estremece. Pero ahora, a mitad novela, aparece de nuevo esa señora antipática de Elizabeth Costello (¿su propia conciencia?), y no sé a dóne irá a parar.
Acabo de terminar la lectura de "Suite francesa", de Irène Némirovsky (Editorial Salamandra)y me siento estremecida por esa recopilación final adjunta de correspondencia entre 1936 y 1945 que muestran la desesperación de una familia ante el horror y la injusticia.La novela aporta un punto de vista nuevo a la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Es como un gran fresco que descubre comportamientos individuales ante una situación de humillación y miedo compartido. Es obvio que la autora, con gran capacidad de observación y mucho talento literario, fue capaz de distanciarse de su propia angustia (justificada por los acontecimientos) para analizar las conductas desmitificadoras de los franceses. Muy interesante. Me gustaría que algún otro lector me hiciera llegar sus impresiones.
Para los amantes de la buena novela policiaca recomiendo "El faro", de P.H.James (Círculo de Lectores y Ediciones B). Me pasa con esta autora como con las novelas de Le Carré que, una al año sabe a gloria. Sigue una estructura ortodoxa: un misterio sin descubrir convoca al equipo de detectives, seres humanos vulnerables a los que describe en su mundo habitual; presentación del resto de personajes de forma breve pero con hondura psicológica; un asesinato en un entorno singular (en este caso, una isla pequeña dedicada al descanso de invitados de élite); en fin, el desenlace en un ambiente opresivo. No alcanza el virtuosismo de "Sabor a muerte", la primera novela publicada en español en 1986, un descubrimiento, pero no defrauda. P. H. James nunca lo hace, es rigurosa, sabe de lo que habla y tiene su propia filosofía.
La última novela de Rosa Montero, "Historia del rey Transparente" (Círculo de Lectores, 2005)navega entre la histórica y la de aventuras. Es una gran ficción, ubicada en en siglo XII, que utiliza datos, personajes y hechos ciertos. Me ha interesado, especialmente, cómo nos cuenta el nacimiento de la Inquisición, la intransigencia de la Iglesia católica (una constante incluso hoy en día), el estoicismo de los cátaros empeñados en una interpretación cristiana de los evangelios,la dureza de las condiciones de la existencia donde la vida, sobre todo del campesino y el vasallo, vale poco. Se lee muy bien y Rosa Montero, de la que últimamente me he aparatdo mucho de su trabajo periodístico, vuelve a demostrar que es una estupenda contadora de historias. El relato te lo hace envolvente, lleno de sutilezas, siempre al lado de los oprimidos y enalteciendo los auténticos valores que surgen de la dignidad humana. Me ha gustado esta novela.
Leer a Jane Austen siempre produce emociones profundas. "Emma" (Mondadori, 2006)es un buen ejemplo de ello. Su temática gira en torno a la vida cotidiana de un grupo de personas residentes en la campiña inglesa durante el siglo XIX. Son acomodadas, aunque las diferemcias entre ellos están nitídamente señaladas, y asumidas, por el conocimiento exacto de sus respectivas rentas.La importancia de las convenciones sociales y el respeto a las formas llega al paroxismo. Austen teje sus argumentos con las emociones de sus protagonistas, las expectativas respecto a su futuro, ligadas a convenientes enlaces matrimoniales, malosentendidos derivados de conductas sociales equívocas, en definitiva, retrata con enorme precisión la calidad de vida en un entorno provinciano. Pero va más allá, porque se introduce en el alma de cada uno de ellos, desmenuza su pensamiento y sus sentimientos con una agudeza psicológica que la convierten en auténtica maestra. Por eso sus obras, que podrían tildarse hoy de culebrones, mantienen su valor a pesar del paso del tiempo, porque nunca cae en la vulgaridad y permite al lector reconocerse en ese espejo de comportamientos de la conducta humana.
"Emma" es una buena representación de la literatura de Jane Austen y no defraudará a aquellos que gustan de los personajes complejos.
"El viento de la luna" (Seix Barral), de Antonio Muñoz Molina, es una novela de recuerdos autobiográficos. Nos habla el autor de su adolescencia en Mágina (Úbeda), en el seno de una familia rural anclada en hábitos que se suceden imperturbables como las estaciones. Viviendo en una casa sin agua corriente en la época en que el hombre llegaba a la luna. La instalación de los primeros televisores y la permanencia de heridas vecinales, en una comunidad pequeña, abiertas durante la guerra civil y consolidadas durante el franquismo. La novela tiene un tonillo que la asemeja a la serie "Cuéntame" y esto es lo que menos me ha gustado. Las secuencias del colegio, los curas, el Padre Director, resultan un poco manidas. Gana altura y calidad literaria con las páginas más filosóficas, cuando el adolescente, en su imaginación se convierte en uno de los astronautas y contempla el mundo, y conoce el miedo a la soledad, a la muerte, a sentirse perdido en la inmensidad del firmamento. El homenaje a la figura del padre y la firme voluntad de no seguir sus pasos tiene hondura de sentimientos. La novela se lee bien, interesa, pero al autor de "Un invierno en Lisboa" se le exige más.
María García-Lliberós nos traslada en Babas de caracol a una época donde cada uno de los personajes mueve sus cartas motivado por intereses y apariencias sociales. Sólo Berta parece elegir el verdadero amor haciendo frente a todos los consejos familiares. Sin embargo, pagará cara su decisión puesto que, en este caso, se confirman las sospechas con respecto al que eligió por marido. A partir de entonces, presa de infidelidades, mentiras y de una enfermedad trasmitida por su esposo, el carácter de Berta cambia para volverse arisca y engendrar un rencor que se llevará a la tumba, no sin antes haber urdido todo un plan para que el escritor Pedro Ribera escriba una novela inspirada en su propia biografía, a cambio de una herencia considerable, situación que provocará reacciones de lo más variopintas entre el resto de los beneficiarios.
A partir de entonces, se mezclan las dos épocas, la de Berta y la de Pedro, los documentos (muy verosímil todo lo referente a los asuntos legales), las sorpresas tras cada nueva investigación; aparecen obsesiones escondidas tras una máscara de contención provocada por heridas muy antiguas que todavía no han cicatrizado. Incluso el escritor se preocupará en conocer la perspectiva del único hijo de Berta, con quien hace años que no se hablaba.
Porque hay familias así, que no se hablan por el orgullo de unos y otros, y pasan la vida pensando en qué se habrían dicho de haberse atrevido. Una pena... Aunque también una suerte si esas situaciones dan lugar a novelas tan interesantes como ésta.
"Travesuras de la niña mala", de Mario Vargas Llosa (Ed. Alfaguara, 2006),comienza en Lima, en el elegante barrio de Miraflores, durante el verano de 1950. Ricardo Somocurcio, el narrador en primera persona, lo recuerda como un verano de “recomposición sentimental en el barrio”, del triunfo del mambo en las fiestas y de la irrupción de la chilenita Lily de la que se enamora “como un becerro”. La novela trata de los encuentros y desencuentros entre ellos a lo largo de sus vidas.
Ricardo tenía 15 años.
Una novela que se aparta de las anteriores del autor por su linealidad. Un relato cronológico y simple que no se entorpece con ninguna otra línea argumental, lejos de la complejidad de “La tía Julia y el escribidor”, por ejemplo o, incluso, “Pantaleón y las visitadoras”, en las que el sentido del humor jugaba un papel redentor del lector. En esta novela no hay humor, es triste. Ricardito parece un alma en pena transitando por el mundo. Resulta penoso que Vargas Llosa haya decidido contarnos una historia tan tonta y poco verosímil.
El armazón: un poquito de historia. El relato repasa la Lima burguesa de los 50, el París revolucionario de los 60, el Londres hippy de los 70, el Madrid de la movida de los 80, el Japón moderno, la estabilidad francesa. Permite salpicar el texto de bastantes lugares comunes.
La prosa es correcta, utiliza el español limeño, muy cursi, con excesos de diminutivos. Los diálogos entre ellos son repetitivos y melífluos.
Algunos críticos, conociendo la admiración de Vargas Llosa por Flaubert, han querido ver en esta novela (con muy buena voluntad) el reflejo moderno de la pasión afectiva de Madame Bovary. Pero Madame Bovary anhelaba ser amada y tener aventuras, quería escapar de la monotonía conyugal. Otilia, la falsa chilenita, es una mujer que utiliza el sexo para prosperar. No hay ninguna exaltación por la pasión, ni profundiza en el amor, ni le importa. Su mayor dependencia afectiva, con el jefe japonés, es una esclavitud enfermiza y viciosa.
La historia dura 40 años de la vida de Ricardo, obsesionado por la niña mala y vivir en París, pero en ningún momento el lector llega a comprender a Ricardo porque no penetra en su alma, a pesar de ser un relato en primera persona. Al personaje le falta fuerza (a ello contribuye las huachaferías ridículas). La tensión entre su amor-pasión y los encuentros con ella, siempre unida a otro hombre y cada vez uno distinto, no le generan celos, por ejemplo, ni desesperación, su reacción resulta demasiado complaciente como si estuviera cautivo de una pasión-obsesión desapasionada. El lector se queda distante, no siente la obsesión de Ricardo ni puede compartirla, porque Vargas Llosa no consigue transmitírnosla.
La última parte, la destrucción y muerte de Otilia, es previsible.
La novela se lee con facilidad. Vargas Llosa tiene oficio y eso es obvio a pesar de que le sobran páginas. Me ha fastidiado leer esta novela porque no está a la altura del gran escritor -autor de “Conversaciones en la catedral”, “La casa verde”, “La guerra del fin del mundo”, “La fiesta del Chivo”, etc.- que ha demostrado que es.
María García-Lliberós
09.12.06
"Juego de niños", de Carmen Posadas (Ed. Círculo de Lectores 2006 y Ed. Planeta 2005), me ha gustado. Me ha sorprendido la solidez de la trama, el estilo -tomando interesantes apuntes del género negro-, y el poso de sabiduría literaria (entre sus páginas se encuentra un auténtico manual sobre los ingredientes de una buena novela, útil para los aficionados a los talleres de escritura). El tema de la maldad infantil ya ha sido tratado anteriormente (¿y que tema no?), pero lo aborda Carmen Posadas desde una perspectiva personal, a través de un crimen cometido hace tiempo, y que pasó por un trite accidente, imitado, cuarenta años después, por los descendientes directos de aquellos protagonistas. Luisa Dávila,un alter ego, creo, de la propia Carmen Posadas, nos narra esta historia que alcanza, en algunas páginas, un alto grado de tensión, en las que no falta ironía, autocrítica y una visión lúcida de la sociedad actual. Una novela que te mantiene atrapada desde la primera página has ta la última, interesa y abunda en reflexiones pertinentes sobre el género humano. Muy recomendable.
LA VOZ DORMIDA – Dulce Chacón,
O al revés :DULCE CHACÓN – La voz dormida.
..y era miércoles…-dices al terminar el libro- .
..y era domingo, cuando yo, maría josé , acabé de leer tu libro DULCE.
Estoy impresionada, yo siempre había oído hablar de la guerra civil desde el bando contrario al que tú describes, y recuerdo lo que decía mi madre : “una guerra civil es la peor de las guerras, había madres que tenían un hijo en cada bando…. Sin contar las rencillas personales, las envidias, el deseo de adular al vencedor… que afloraron en chivatazos, en gestos de prepotencia…, ¡cuánto sufrimiento!”. Mi madre era sabia.
Me cuentas la historia, Dulce, en dos ambientes principales:
-dentro de la cárcel.
-fuera de la cárcel.
Y en otros ambientes secundarios:
-las montañas donde trabaja la guerrilla.
-Praga.
-Córdoba.
-el mar y todos los lugares añorados por alguno de los personajes.
Pero la riqueza de los ambientes, cualquiera de ellos, la tienen gracias a la fuerza de los personajes, como debe ser: son más importantes las personas que las cosas, es más importante ser que tener,
Y esas personas, Dulce, me han cautivado,
Cuando he terminado de leer tu libro he notado un poso de tristeza, como si hubiera dicho adiós a un puñado de amigos muy queridos.
He dicho adiós a Hortensia, la mujer que iba a morir, como tú me lo habías dicho ya en la primera página, a su hija Tensi que no quería nacer para que su madre viviera unos días más y a Pepita con sus ojos de un color azul imposible – como mi nieta-. También a doña Celia, la Verónica de los ajusticiados. Y Reme y Tomasa y Elvira y don Javier y las funcionarias de la prisión y todos.
Sobre todo, Dulce, es que a través de ellos nos has dibujado magistralmente los otros personajes, los más importante porque son los que mueven los hilos de las personas, que son: el miedo, la generosidad, la compasión, la tristeza, el poder, la bondad, la ambición, el amor…
A mi tu estilo, me ha gustado. Escribes con frases cortas y cada una de ellas tiene un significado completo, me ha recordado el estilo literario de AZORÏN, los diálogos son ágiles y adecuados a cada circunstancia. Me pareció que decaía el ritmo de la novela, cuando narras, inesperadamente, la fuga de la cárcel de Elvira y Sole pero pronto recuperas el ritmo original.
Me impactaron estas frases, por la poesía que encierran las dos primeras y el sentido común que tiene la tercera:
“…quizá el tiempo se mida en palabras. En las palabras que se dicen y en las que no se dicen…”
“…sentir que le sobra la vida y le faltan los brazos…”.
“…a Pepita no le gustan las cosas que no entiende…”
Y me gustaría destacar el paralelismo que empleas con una partida de ajedrez, al narrar la detención de Paulino-Jaime.
Hasta siempre Dulce, allá donde estés sigue escribiendo.
Acabo de leer: "Diario de una buena vecina" de Doris Lessing, me ha gustado.
Lo he dejado a un amigo.
Cuando me lo devuelva me gustaría hacer un comentario serio, ahora sin tener el libro delante, no me atrevo.
¿Donde te lo mando?. ¿Aquí?.
Soy la autora del comentario del libro de Dulce Chacón.
Un abrazo.
Mª José.
Publicar un comentario