Juego de niños, de Carmen Posadas.
Círculo de Lectores 2006 (Ed. Planeta, 2005)
374 páginas.
Nos encontramos ante una novela de estructura compleja, pocos personajes de gran densidad, una dosis importante de pensamiento y bastante acción. Toma elementos de la novela negra sin acabar de serlo, abunda en comentarios de análisis sociológicos y psicológicos sagaces, y el lenguaje se encuentra salpicado de un delicioso sentido del humor que la aproxima mucho a la comedia.
La estructura se basa en tres pilares:
- una historia acaecida hace 40 años real, sobre el asesinato de un niño por otro/a, aunque la muerte pasó por un triste accidente, si bien el recuerdo y las consecuencias de ese suceso es distinto para cada uno de los tres testigos supervivientes;
- una historia novelada, inspirada en aquel suceso, narrada por una de los testigos, Luisa, convertida en novelista de éxito, que pretende explicar la maldad de los niños;
- y una tercera historia real actual, sobre otro posible asesinato ocurrido entre niños, los hijos de aquellos testigos, que parece una imitación de aquel acontecimiento. Sin embargo, esta historia queda abierta, el final no es rotundo, y permite que el lector la acomode a sus gustos.
Se trata, como se ve, de dar más de dos vueltas de tuerca a unos hechos para examinarlos, así como las consecuencias posteriores. La alternancia entre las dos historias reales y la ficticia relacionada con ellas enriquece el texto porque aporta más puntos de vista.
Hay otras cuestiones interesantes en el libro:
1. una reflexión sobre la literatura (la escritura y la lectura) y los escritores que, ya sean cojos o ciegos (una clasificación ingeniosa) pudiendo ser igual de observadores que el resto de los mortales, se diferencian en que captan otros detalles; sobre los personajes en relación con su autor (el alter ego como compendio de lo que les gustaría ser y no son); sobre la necesidad de ser rutinarios y saber aprender y desaprender para escribir una novela; sobre la superioridad de narrar en 1ª o 3ª persona y su relación con el punto de vista; sobre los editores (genial la crónica de la Feria de Frankfurt y las opiniones del editor propietario de los mocasines Guido).
2. incluye con humor una lección, y muy buena, sobre el oficio de escribir novelas de misterio. Nos habla de como describir los hechos criminales, del momento oportuno de introducir los sospechosos, de hacerlo de forma sistemática y veloz, de la anagnórisis (recurso literario por el que se produce el repentino reconocimiento de una persona por otra), la importancia de los detalles mínimos e incidentes en apariencia inconexos. Nos explica que la parte primordial de toda novela de misterio se encuentra cuando se elige al asesino, así como las razones para matar reducidas a eliminar un obstáculo (rivalidad, celos, venganza, deseo de suplantación). Advierte de que los personajes secundarios no deben hacer sombra a los principales. El estudio de las coartadas, el plan metódico de visitas a los sospechosos, acompañada por el ayudante, para luego analizar los detalles. Además, aplica esta lección, tanto en las andanzas de Carmen O’Inns, esa investigadora sexi y heterodoxa, como en las de la propia narradora, convertida a su pesar en investigadora no tan sagaz.
3. También nos habla de la relación entre madres e hijas. Interesante el papel de encubridoras que todas las madres adoptan ante las maldades de los hijos. Precisamente, el final de la historia es un buen ejemplo pues Luisa, la novelista narradora, en un ejercicio que confunde al lector sobre lo que es real y lo que es proyecto de novela, nos deja sin que sepamos con certeza si Elba mató a Miki o si todo ha sido una mala pasada de su fantasía literaria obsesiva con las coincidencias entre pasado y presente. Otra manera de defender a Elba y engañarse a sí misma.
Expone la importancia de decir la verdad a los niños. Elba no perdona a su madre la única mentira sobre su padre desconocido. Le ha dicho que era adoptada. Hay un pensamiento interesante sobre los hijos adoptados respecto a sus padres: no les importa lo que no les gusta porque, en algún sitio, lejano, su “verdadero padre o madre” existe y se convierte en su ideal.
4. Hay también, una auténtica filosofía de la vida mostrada a lo largo del libro a través de los pensamientos de Luisa, o de Carmen O’Inns, su criatura literaria. Un ejemplo son las siguientes frases llenas de inteligencia:
“Cumplidos los cincuenta el amor es una subasta a la baja” (pg. 30). El personaje de Enrique Santos, “el actual hombre de su vida” de Luisa es un hombre casi rico, casi joven, casi importante, casi guapo. Los diálogos post coitales entre ellos están llenos de gracia, y los pensamientos de Luisa hacia él, llenos de condescendencia y lucidez.
“Los escritores no nos dedicamos a fusilar a los individuos sino más bien a descuartizarlos” (pg. 52).
“La extemporalidad no la entiende nadie porque introduce en las relaciones un factor imperdonable: el desencanto. Como sorprender a Papá Noel violando una ancianita”. La pluscuamperfecta no puede dejar de serlo ni n minuto.
“No hay nada tan atractivo como la convicción de ser atractivo” (pg. 76)
“Todos los trucos del amor son aplicables a las relaciones profesionales”
“¿Qué es el éxito sino la más grande y al mismo tiempo la más sutil de todas las venganzas” (Reflexión de Luisa al compararse con Sofía).
“Quien más quien menos, todos contamos con un impresentable, con un perfecto imbécil en nuestro currículum sentimental, es casi preceptivo: el amor tiene tan mal gusto a veces, ni te imaginas” (pg. 139)
“Si no se estudia a las personas, no se puede entender el mundo” (pg. 142)
“La gente se reconoce siempre en sus virtudes pero jamás en sus defectos, de modo que es perfectamente posible retratar a alguien con total y despiadada crudeza en un libro y no darse por aludido” (pg. 216)
“Polígamos somos todos, lo único que hay que procrar desde el principio es espaciar los encuentros íntimos para no tener que saltar de una cama a otra, primero con uno y después de media hora con otro. En eso sí que somos diferentes las mujeres: la infidelidad debe tener al menos una cierta cadencia”.
“La infidelidad es beneficiosa para ti y más aun para los que te rodean. Porque la infidelidad tiene como peaje la indisoluble culpa, y ésta posee la virtud de volver a los infieles mucho más generosos con los demás, más comprensivos y tanto más tolerantes” (pg. 219)
“Ninguna vida supera la prueba de la intrusión, del espionaje. La intimidad de las personas está llena de rarezas, de chaladuras, de pequeñas infamias” (pg. 252)
“No hay nada más fácil que juntar datos verídicos de aquí y de allá y crear no una verdad sino una gran mentira” (pg. 257)
“Una duda por terrible que parezca es siempre preferible a una verdad con la que luego hay que convivir de por vida. Sólo los tontos prefieren las certezas a ciertas dudas” (pg. 337)
5. Los personajes se encuentran bien definidos. Sobre todo me han gustado la protagonista-narradora Luisa, Elba, la hija, inteligente y maliciosa, y Enrique Santos, el hombre normal lleno de sentido común con el que se puede contar. La tía Lila se introduce como instrumento para contar una versión "objetiva" del pasado de Sofía. Es otro punto de vista, al igual que Avril y sus correos electrónicos cumplen una función de informar al lector.
La protagonista, Luisa (alter ego de Carmen Posadas, probablemente) y Carmen O’Inns (alter ego de Luisa), se perfila como el nuevo prototipo de heroina - mujer moderna: no se casa con nadie, no renuncia a la maternidad, es independiente económicamente, posee una mentalidad abierta, laica, tolerante, tiene una concepción del sexo separada del amor, posee una mirada escéptica sobre el mundo, es realista e irónica. y también provocativa.
Creo que es la mejor novela de Carmen Posadas hasta ahora y supone un salto muy cualitativo en lo que hace a la complejidad y estructura de la novela. La he leído con mucho interés, la he disfrutado y sólo le reprocho que el final, al quedar tan abierto, hace posible reducir el objetivo a un mero divertimento literario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario